ANTECEDENTES
La actuación se enmarca dentro del proyecto para la revitalización urbana del barrio de la Inmobiliaria en Torrelavega. Se pretende dotar al barrio de infraestructuras y equipamientos que contribuyan a su desarrollo sostenible y a una mayor calidad de vida de los residentes y del conjunto de la ciudad.
IMPLANTACIÓN EN EL LUGAR
La parcela limita con el parque Miravalles por lo que debe entenderse como parte integrante del mismo. Actualmente se destina a aparcamiento, por lo que resulta una fractura importante entre el barrio y el parque.
El proyecto permite que el parque invada y colonice el espacio no edificado, consiguiendo una continuidad ambiental y funcional entre los nuevos espacios públicos y los existentes, además de funcionar de antesala del edificio del Centro de Educación de Personas Adultas.
Esto conlleva a entender el nuevo espacio como una plaza, en la que convergen varios itinerarios, y como un parque, prolongación del existente.
El edificio, lejos de ser una barrera, se convierte en pórtico de acceso; invitando a atravesarse para tomar el camino de la Fuente uniendo el barrio de la Inmobiliaria con el casco urbano más antiguo.
Esta dualidad plaza-parque, puede existir al plantearse la cubierta del aparcamiento a una cota que permite un espesor de tierra vegetal en el que puede desarrollarse un arbolado de cierto porte sin recurrir a macetones, que confieren artificiosidad al conjunto.
Los pavimentos tratan de dar a la plaza el necesario carácter de intemporalidad que corresponde a un espacio público y que no debe ser incompatible con la propia modernidad de la intervención.
CENTRO DE EDUCACIÓN, LUDOTECA Y CAFETERÍA
Se han potenciado los valores del entorno así como las exigencias funcionales para regenerar el actual espacio urbano. Por ello, la edificación se retira, permitiendo la conexión entre el núcleo urbano y el parque. Se ubica junto al límite sur del solar, rematando, como un tapiz permeable.
La colina, que se derrama sobre la parcela, sirve para apoyar en ella el volumen de la ludoteca, que surge del terreno confiriendo a la plaza una topografía que la funde más con el entorno. Su cubierta se incorpora al espacio público, ya que sirve de tránsito entre ésta y la Fuente de la Indiana por medio de una escalera que avanza ligera sobre la plaza.
La pieza que alberga las aulas se eleva, apoyada sobre unos prismas de vidrio, permitiendo una conexión física y visual con el parque, que a su vez aprovecha ese paso para hacerse patente en la plaza.
La fachada norte, visible desde el núcleo urbano, es una fachada plástica, que se resuelve a modo de tapiz, evocando la vegetación que asoma tras el edificio.
La sur, por el contrario, aprovecha al máximo la luz natural que se filtra a través del bosque, dotando a las aulas de inmejorables condiciones lumínicas.
